sábado, 21 de noviembre de 2009

LA HISTORIA DE UNA TRAGEDIA LLAMADA DESTIERRO II: LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS EN LA ESPAÑA DE LOS REYES CATÓLICOS (A.D. 1492).

El año pasado tuve la suerte de conocer a una chica estupenda que vino desde su lejana ciudad en Siberia (Rusia) a "impregnarse" un poco más de nuestra cultura, de nuestras inquietudes, de nuestra lengua, de nuestro arte (ella es una gran amante de España, de Andalucía y sobre todo del baile flamenco); se llama Vika y practica la fe judáica. A ella va dedicada esta publicación que paso a narrar seguidamente:



La expulsión de los judíos a finales del siglo XV, al igual que la posterior expulsión de los moriscos a comienzos del siglo XVII, fue unos de los capítulos más tristes, negros y amargos de la historia de España, que todavía hoy día levanta pasiones y provoca sentimientos de nostalgia, sin embargo, ambos acontecimientos han de verse y tratarse dentro del contexto histórico en el que tuvieron lugar teniendo en cuenta todas las circunstancias que rodearon a sus protagonistas.

Mientras que en Inglaterra y Francia ya se había producido una expulsión masiva de los judíos en 1290 y 1394, respectivamente, en los reinos hispanos habían sido acogidos un gran número de hebreos, aunque en el año 1391 se habían producido masacres de judíos en numerosas ciudades, como Sevilla, Valencia, Barcelona o Palma de Mallorca.

En Al-Andalus, por lo general, se toleraba más a los judíos que a los cristianos, ya que los primeros no suponían ningún peligro e incluso eran útiles mientras que los segundos profesaban la religión de sus enemigos del norte. Sin embargo, el mito de la tolerancia islámica andalusí es tan sólo eso, un mito, ya que hubo persecuciones de índole religiosa, tanto contra cristianos como contra judíos. En la Granada del siglo XI, bajo el dominio de la dinastía "Zirí", perecieron cientos de judíos en una auténtica masacre en tiempos del Emir Badis ben Habús.

En 1408 los judíos castellanos y aragoneses son obligados a vivir en las "Juderías" (barrios judíos) y se les exigía llevar distintivos especiales para identificarlos (como siglos más tarde ocurrió con los judíos en la Alemania nazi).

En 1415, el Pontífice Benedicto XIII, popularmente conocido como el "Papa Luna", desde la sede papal de Avignon (Francia) durante el "Cisma de Occidente", promulgó una "Bula" contra los judíos. La publicacón de esta "Bula Papal" trajo consigo conversiones masivas en todo el territorio de los reinos cristianos de Castilla y Aragón.
En el año 1424 el rey Alfonso V de Aragón promulga un edicto por el que los judíos no pueden afincarse en Barcelona, permitiéndoles sólo una residencia de paso, siempre y cuando llevasen los distintivos especiales para que pudieran ser iden-
tificados.


La difícil convivencia entre los cristianos y los judíos conversos levantó una intensa oleada de protestas y manifestaciones que desembocó en la elaboración de los "Estatutos de Limpieza de Sangre". La "Primera Sentencia del Estatuto de Sangre" se publica el 5 de junio de 1449, cuando el Alcaide de Toledo, D. Pedro Sarmiento, combatió a los conversos de Toledo por haber instigado y apoyado la recaudación de un nuevo impuesto en la ciudad para que el Condestable de Castilla, D. Alvaro de Luna (gran protector de los judíos y autor de la Ley "Pragmática" del año 1443, que permitía a los cristianos trabajar para los patronos judíos) pudiese recaudar fondos para sustentar la guerra contra Aragón. Cuando D. Alvaro de Luna se marchó de Toledo, el Alcaide Pedro Sarmiento dió orden de saquear e incendiar la "judería" de la "Magdalena", promulgando la "Sentencia-Estatuto" que permitía expulsar a todos los judíos conversos de los puestos clave y de responsabilidad.

En 1480 las Cortes celebradas en la ciudad de Toledo promulgan la prohibición de convivencia entre judíos y cristianos, resultando como consecuencia que los judíos no podían, por ejemplo, llevar ropas suntuosas, estaban obligados a vivir en barrios separados de los cristianos llamados "aljamas", tenían que usar forzosamente los distintivos que les señalaban como judíos (llamados redondelas rojas), debían tributar bajo un régimen fiscal distinto al de los cristianos (mucho más gravoso que el de éstos) y otra serie de prohibiciones. A cambio, los judíos podían regirse por sus propias leyes y celebrar su culto en las sinagogas. Son nombrados los inquisidores generales de Castilla y Aragón, respectivamente, D. Tomás de Torquemada y D. Pedro de Arbués.

En el año 1481 se publica un "Edicto de Gracia" al que se acogen unos 20.000 judíos conversos en Castilla para eludir los tribunales del Santo Oficio.

En 1483, Tomás de Torquemada, a la muerte de Pedro de Arbués, es nombrado Inquisidor General. En Andalucía se da la orden de expulsión de los judíos, aunque no comienza a llevarse a cabo hasta el año 1485.

Entre 1486 y 1492, especialmente en Avila y Toledo, comienzan a extenderse rumores sobre crímenes rituales cometidos por los judíos.

A pesar de todo, y aunque las "juderías" en los últimos años habían perdido protagonismo, los judíos eran conscientes de su relevancia como contribuyentes a las arcas públicas (aparte de los mismos impuestos que tributaban los cristianos, el judío tenía que pagar otros impuestos especiales añadidos).
En 1491 los Reyes Católicos ponen sitio a Granada y los judíos conversos, Abraham Seneor e Isaac Abrabanel, colaboraron en la financiación de los ejércitos cristianos.

A comienzos de enero de 1492, el ejército cristiano, al mando de los Reyes Católicos, toma Granada y tras la rendición de los nazaríes, los monarcas cristianos imponen la fe católica como única religión con el fin de dar un sentido trascendental y contundente al final de la hegemonía política y religiosa del dominio musulmán en España, culminando así lo que conocemos como la Reconquista.

Tres meses después de la toma de Granada, el día 31 de Marzo del año 1492, se promulgó el edicto de expulsión de los judíos no conversos. Este edicto se denominó "El Decreto de La Alhambra" y para que ningún ciudadano lo ignorase, el Edicto Real fue pregonado en las plazas públicas de todas las ciudades del Reino siendo su contenido el que se reproduce a continuación:





"Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, León, Aragón y otros dominios de la Corona- al príncipe Juan, los Duques, Marqueses, Condes, órdenes religiosas y sus Maestres, señores de los Castillos, Caballeros y a todos los judíos hombres y mujeres de cualquier edad y a quienquiera esta carta le concierna, salud y gracia para él.

Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe Católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos. Por lo tanto, en el año de 1480, ordenamos que los judíos fueran separados de las ciudades y provincias de nuestros dominios y que les fueran adjudicados sectores separados, esperando que con esta separación la situación existente sería remediada, y nosotros ordenamos que se estableciera la Inquisición en estos dominios; y en el término de 12 años ha funcionado y la Inquisición ha encontrado muchas personas culpables además, estamos informados por la Inquisición y otros el gran daño que persiste a los cristianos al relacionarse con los judíos, y a su vez estos judíos tratan de todas maneras a subvertir la Santa Fe Católica y están tratando de obstaculizar cristianos creyentes de acercarse a sus creencias.

Estos Judíos han instruido a esos cristianos en las ceremonias y creencias de sus leyes, circuncidando a sus hijos y dándoles libros para sus rezos, y declarando a ellos los días de ayuno, y reuniéndoles para enseñarles las historias de sus leyes, informándoles cuándo son las festividades de Pascua y cómo seguirla, dándoles el pan sin levadura y las carnes preparadas ceremonialmente, y dando instrucción de las cosas que deben abstenerse con relación a
alimentos y otras cosas requiriendo el seguimiento de las leyes de Moisés, haciéndoles saber a pleno conocimiento que no existe otra ley o verdad fuera de esta. Y así lo hace claro basados en sus confesiones de estos judíos lo mismo a los cuales han pervertido que ha sido resultado en un gran daño y detrimento a la santa fe Católica, y como nosotros conocíamos el verdadero remedio de estos daños y las dificultades yacían en el interferir de toda comunicación entre los mencionados Judíos y los Cristianos y enviándolos fuera de todos nuestros dominios, nosotros nos contentamos en ordenar si ya dichos Judíos de todas las ciudades y villas y lugares de Andalucía donde aparentemente ellos habían efectuado el mayor daño, y creyendo que esto sería suficiente de modo que en esos y otras ciudades y villas y lugares en nuestros reinos y nuestras posesiones sería efectivo y cesarían a cometer lo mencionado. Y porque hemos sido informados que nada de esto, ni es el caso ni las justicias hechas para algunos de los mencionados judíos encontrándolos muy culpables por los susodichos crímenes y transgresiones contra la santa fe Católica han sido un remedio completo obviar y corregir estos delitos y ofensas. Y a la fe Cristiana y religión cada día parece que los Judíos incrementan en continuar su maldad y daño objetivo a donde residan y conversen; y porque no existe lugar donde ofender de más a nuestra santa creencia, como a los cuales Dios ha protegido hasta el día de hoy y a aquellos que han sido influenciados, deber de la Santa Madre Iglesia reparar y reducir esta situación al estado anterior, debido a lo frágil del ser humano, pudiese ocurrir que podemos sucumbir a la diabólica tentación que continuamente combate contra nosotros, de modo que, si siendo la causa principal los llamados judíos si no son convertidos deberán ser expulsados del Reino.

Debido a que cuando un crimen detestable y poderoso es cometido por algunos miembros de algún grupo es razonable que el grupo debe ser absuelto o aniquilado y los menores por los mayores serán castigados uno por el otro y aquellos que permiten a los buenos y honestos en las ciudades y en las villas y por su contacto puedan perjudicar a otros deberán ser expulsados del grupo de gentes y a pesar de menores razones serán perjudiciales a la República y los más por la mayoría de sus crímenes sería peligroso y contagioso de modo que el Consejo de hombres eminentes y caballeros de nuestro reinado y de otras personas de conciencia y conocimiento de nuestro supremo concejo y después de muchísima deliberación se acordó en
dictar que todos los Judíos y Judías deben abandonar nuestros reinados y que no sea permitido nunca regresar.

Nosotros ordenamos además en este edicto que los Judíos y Judías cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes.

Y hemos ordenado que ninguna persona en nuestro reinado sin importar su estado social
incluyendo nobles que escondan o guarden o defiendan a un Judío o Judía ya sea públicamente o secretamente desde fines de Julio y meses subsiguientes en sus hogares o en otro sitio en nuestra región con riesgos de perder como castigo todos sus feudos y fortificaciones, privilegios y bienes hereditarios.

Hágase que los Judíos puedan deshacerse de sus hogares y todas sus pertenencias en el plazo estipulado por lo tanto nosotros proveemos nuestro compromiso de la protección y la seguridad de modo que al final del mes de Julio ellos puedan vender e intercambiar sus propiedades y muebles y cualquier otro artículo y disponer de ellos libremente a su criterio que durante este plazo nadie debe hacerles ningún daño, herirlos o injusticias a estas personas o a sus bienes lo cual sería injustificado y el que transgrediese esto incurrirá en el castigo los que violen nuestra seguridad Real.

Damos y otorgamos permiso a los anteriormente referidos Judíos y Judías a llevar consigo fuera de nuestras regiones sus bienes y pertenencias por mar o por tierra exceptuando oro y plata, o moneda acuñada u otro artículo prohibido por las leyes del reinado.

De modo que ordenamos a todos los concejales, magistrados, caballeros, guardias, oficiales, buenos hombres de la ciudad de Burgos y otras ciudades y villas de nuestro reino y dominios, y a todos n
uestros vasallos y personas, que respeten y obedezcan con esta carta y con todo lo que contiene en ella, y que den la clase de asistencia y ayuda necesaria para su ejecución, sujeta a castigo por nuestra gracia soberana y por la confiscación de todos los bienes y propiedades para nuestra casa real y que esta sea notificada a todos y que ninguno pretenda ignorarla, ordenamos que este edicto sea proclamado en todas las plazas y los sitios de reunión de todas las ciudades y en las ciudades principales y villas de las diócesis, y sea hecho por el heraldo en presencia del escribano público, y que ninguno o nadie haga lo contrario de lo que ha sido definido, sujeto al castigo de nuestra gracia soberana y la anulación de sus cargos y confiscación de sus bienes al que haga lo contrario.

Y ordenamos que se evidencie y pruebe a la corte con un testimonio firmado especificando la manera en que el edicto fue llevado a cabo.

Dado en esta ciudad de Granada el Treinta y uno día de marzo del año de nuestro señor Jesucristo de 1492.

Firmado Yo, el Rey, Yo la Reina, y Juan de Coloma, secretario del Rey y la Reina quien lo ha escrito por orden de sus Majestades".

El plazo que se les otorgó a los judíos no conversos para salir de España fue de 4 meses antes del día 31 de julio, permitiéndoles liquidar sus negocios y propiedades antes de la partida, pero sin permitirles llevar consigo ni oro, ni plata, ni monedas, ni armas, ni caballos. Todos aquellos que no se marcharan en el plazo previsto estarían sujetos a pena de muerte y confiscación de todos sus bienes.


Algunos judíos relevantes, como rabinos y otros líderes sociales y religiosos intentaron negociar con la Corona una prórroga del derecho de residencia, mientras que otros se mantenían firmes en su fe y costumbres y por tanto asumían afrontar con la máxima dignidad el exilio forzoso al que se veían arrastrados. En general, la mayoría de los judíos optó por el destierro, siendo la minoría que aceptó la conversión la que pudo continuar residiendo en España. El caso más conocido de este estrecho círculo fue el de Abraham Seneor, Rabino Mayor de Castilla y uno de los más importantes colaboradores de los Reyes Católicos. Tanto él como toda su familia, fueron bautizados en el Monasterio de Guadalupe el 15 de junio de 1492, en una ceremonia en la que los mismísimos Reyes Católicos actuaron de padrinos. Desde entonces, el judío Abraham Seneor pasó a llamarse Fernán Núñez Coronel, siendo nombrado a los pocos días de su bautizo Regidor de Segovia, miembro del Consejo Real y Contador (Administrador) Mayor del Príncipe Juan.

Las últimas investigaciones llevadas a cabo apuntan a que la cifra de judíos que abandonaron España con la expulsión fue de unos 50.000, aunque otros estudios hablan incluso que pudo llegar esta cifra hasta las 200.000 personas. De todas formas estos datos contemplan una amplia orquilla dado que nunca se sabrá con certeza la cifra exacta o aproximada, ya que entre los años 1492 y 1499 a aquellos judíos que quisieran convertirse al cristianismo se les permitió regresar.

La expulsión de los judíos ha sido un tema muy controvertido de la historia de España, como también lo fue posteriormente la expulsión de los moriscos. En opinión de algunos historiadores, el declive de la economía española parte de una decisión que terminó con la única burguesía existente entonces en la España de aquel tiempo, además de implantar la intolerancia social y religiosa que perduraría durante siglos.


Fuentes consultadas: "Portal Fuenterrebollo", "Club de la Historia-Expansión", "Russafi.blogspot" y "Metapedia".

lunes, 10 de agosto de 2009

LA HISTORIA DE UNA TRAGEDIA LLAMADA DESTIERRO: 400 AÑOS DE LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS DEL REINO DE ESPAÑA (1609-2009).


Recientemente he terminado de leer una novela histórica del escritor paquistaní Tariq Alí titulada "A la sombra del granado", que me ha llamado especialmente la atención por su narrativa apasionante y estremecedora y en la que se desgrana la historia de los musulmanes granadinos a través de los avatares de una familia morisca, que tras la conquista cristiana de su Reino en 1492, intentaron continuar conviviendo con sus conquistadores hasta que éstos terminaron de imponer su ley, primeramente con cierta sutileza y miramientos y finalmente utilizando todos los medios y recursos de los que disponían hasta lograr sus objetivos.

Hecha esta pequeña introducción voy a tratar de contar la historia de esta tragedia, que tantos ríos de tinta ha provocado a lo largo de los siglos y que comenzó con ríos de lágrimas y sangre.

Me gustaría iniciar esta crónica con la reproducción de un romance del siglo XVI titulado "¡Ay de mi Alhama!", escrito por un poeta anónimo que quiso rendir homenaje al pueblo de Alhama, que fue tomado por las tropas cristianas en 1482, dando comienzo de esta manera el derrumbamiento progresivo de la hegemonía musulmana que culminaría con la Toma de Granada 10 años más tarde:
"Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada, desde la puerta de Elvira hasta la de Bibrrambla. ¡Ay de mi Alhama! Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada; las cartas hechó en el fuego y al mensajero matara. ¡Ay de mi Alhama! Descabalga de una mula y en un caballo cabalga, por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra. ¡Ay de mi Alhama! Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba que se toquen sus trompetas, sus añafiles de plata. ¡Ay de mi Alhama! Y que las cajas de guerra apriesa toquen alarma, porque lo oigan sus moros, los de la vega y Granada. ¡Ay de mi Alhama! Los moros que el son oyeron que al sangriento Marte llama, uno a uno y dos a dos juntándose ha gran batalla. ¡Ay de mi Alhama!
Allí habló un moro viejo, de esta manera hablara: ¿Para qué nos llamas, rey, para qué es esta llamada? ¡Ay de mi Alhama! Habéis de saber, amigos, una nueva desdichada; que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama. ¡Ay de mi Alhama! Allí habló un alfaquí de barba crecida y cana: ¡Bien se te emplea, buen rey; buen rey, bien se te empleara! ¡Ay de mi Alhama! Mataste los Bencerrajes, que eran la flor de Granada; cogiste los tornadizos de Córdoba la nombrada. ¡Ay de mi Alhama! Por eso mereces, rey, una pena muy doblada, que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada. ¡Ay de mi Alhama!


La denominación de "morisco" fue utilizada por los llamadas cristianos viejos (los conquistadores de Al-Andalus) en sentido peyorativo para referirse a los musulmanes que se habían convertido al cristianismo (prácticamente en su totalidad forzados a ello si querían continuar conservando sus propiedades y pertenencias, renunciando por tanto a sus tradiciones, lengua y religión) y que fueron también llamados cristianos nuevos.

Desde un punto de vista ético, la expulsión de los moriscos fue un acto de barbarie y de intolerancia religiosa, social y política. Más de 300.000 personas (se habla de 350.000) fueron deportadas a Africa por orden del Rey Felipe III en Real Decreto de fecha 22 de septiembre de 1609 por el solo hecho de ser diferentes, ya que se les impuso por la fuerza adoptar las costumbres, lengua y religión cristianas a unas gentes que no conocían otra tierra, lengua, tradiciones, creencias religiosas, etc. que las que habían heredado de sus antepasados desde casi mil años atrás.

El 23 de septiembre de 1609 se proclamó en Valencia la "pragmática de expulsión" (las pragmáticas eran leyes promulgadas por las autoridades competentes, que se diferenciaban de los Reales Decretos en las fórmulas de su publicación) proveniente del Real Decreto por el que el monarca tachaba de herejes, apóstatas y traidores a los moriscos y en particular se les acusaba de conspirar con los otomanos para urdir un plan de invasión del Reino de España, circunstancia que nunca llegó a probarse. En el edicto de expulsión se les instaba a abandonar el Reino en un plazo de tres días bajo pena de muerte. En este brevísimo espacio de tiempo, los moriscos y sus familias debían dirigirse a los puertos de mar que les indicaran los comisarios que tenían asignados. Debían abandonar sus hogares y dejarlos a disposición de las autoridades (quienes confiscaron todas sus propiedades) y no se les permitió llevar consigo más pertenencias que las que pudieran transportar por sí mismos. Pasados los tres días, se autorizaba a cualquier cristiano viejo a apropiarse de los bienes que portara cualquier morisco que fuera detectado, a detenerlo y darle muerte si oponía resistencia. Es presumible el estupor que tuvo que suponer para los moriscos el conocimiento de este terrible edicto; no olvidemos que se les obligaba de forma súbita a abandonar la tierra donde habían nacido ellos y sus antepasados.

Para que esta deportación masiva culminase, primero tenían que llegar a puerto los moriscos que procedían de todos los territorios del Reino, y es en esta empresa en la que los infelices corrían sus mayores riesgos, ya que, atraídos por la codicia y llevados por el odio y la envidia, los cristianos viejos formaban cuadrillas por los caminos para asaltar a cuantas caravanas de moriscos transitaban con destino a los puertos de mar, con el fin de apoderarse de sus bienes y darles muerte cruel a todos ellos. Muchas familias moriscas pudientes, pensando que de esta manera realizarían la travesía más segura, fletaron sus propios navíos encontrando la muerte a manos de los patrones de sus buques, quienes una vez en mar abierta los asesinaban y arrojaban los cadáveres por la borda para posteriormente apoderarse de sus riquezas.




Desde que el 28 de noviembre de 1491 fueron firmadas las "Capitulaciones" de Santa Fe (documento que comprometía a los Reyes Católicos a respetar y garantizar los usos, costumbres y religión de los musulmanes granadinos) por Dª Isabel I de Castilla y D. Fernando V de Aragón con el Rey nazarí de Granada, Muhammad XII (conocido como Boabdil), seguro que ya se urdía en las mentes de los Reyes Católicos que algún día dejarían de tener vigencia, comenzando así el declive paulatino de la cultura musulmana en España hasta el desenlace final del año 1609.





En 1499 se inicia un cambio de política religiosa en Granada, forzando a realizar conversiones masivas de los musulmanes granadinos por el Cardenal Cisneros, quien ese mismo año ordena la quema de miles de libros de ciencia, religión, arte, etc. escritos en árabe en una emblemática plaza de la ciudad de Granada, llamada Bibrrambla. Al año siguiente se produce una rebelión en el Albaycín contra la política iniciada por Cisneros, que es aplastada y por consiguiente los rebeldes son sometidos y obligados a acatar dicha política.

En 1501 se publica una "pragmática" ordenando la conversión forzosa de los musulmanes granadinos y el 20 de julio de ese mismo año se prohíbe a los moriscos castellanos que puedan trasladarse al antigüo Reino de Granada.

El 14 de febrero de 1502 se proclama una "pragmática" por la que se ofrecía a los musulmanes castellanos la alternativa de ser bautizados o exiliados en su defecto. A los tres días de ese edicto, se produce la prohibición de que abandonen el Reino (contradiciendo la anterior amenaza de exilio), forzándoles a convertirse sin otra elección o en caso contrario serían declarados herejes y sus bienes y hasta sus propias vidas podrían ser arrebatados.

En 1525, el Emperador Carlos V oferta a los musulmanes de Valencia la alternativa de la conversión o el exilio y les promete que en caso de aceptar el bautismo, quedarían fuera de la influencia de la Inquisición durante 40 años. Al año siguiente se produce la rebelión de los moriscos valencianos al mando de Selim Almanzor, rebelión que es aplastada y son masacrados una cuarta parte de los 4000 combatientes que componían el ejército de Almanzor. A los tres años de aquella revuelta se publica el "Decreto de Valencia" por el que se prohíbe el uso de la lengua árabe, la vestimenta y las costumbres propias de la cultura morisca.

En 1554 el sínodo de Guadix promueve una serie de medidas de represión para la eliminación de cualquier signo cultural o tradicional que distinga a los moriscos de los cristianos viejos: como la prohibición de expresarse (oralmente o por escrito) en lengua árabe o practicar las costumbres arraigadas en la cultura morisca (nombres de personas, vestimenta, fiestas populares y religiosas, baños públicos, etc.). También se recogía en el referido sínodo que los hijos de moriscos notables serían trasladados a Castilla y educados allí, fuera del alcance de su ámbito familiar.

En 1567 se publica la "pragmática" por la que se prohibía definitivamente los usos, costumbres y prácticas relacionadas con el mundo musulmán. Esta circunstancia provocaría, por ejemplo, que al ser ilegales los contratos y documentos públicos redactados en árabe, multitud de propiedades quedarían sin dueño "legal" y por tanto las mismas pasarían a manos de nuevos propietarios cristianos, fundamentalmente por los corruptos funcionarios judiciales que llevaban los casos de expropiación que provocaban estas circunstancias, que para conseguir estos fines ejercían el tráfico de influencias y la prevaricación.

Entre los años 1568 a 1570 se produce la rebelión de Las Alpujarras, que lideró Hernando de Válor, conocido como Abén Humeya. Este levantamiento fue provocado, entre otras razones, por la presión económica y fiscal ejercida sobre los llamados cristianos nuevos (moriscos). Finalmente la rebelión fue aplastada y los rebeldes que sobrevivieron fueron deportados a Castilla por motivos de seguridad para evitar en el futuro nuevas revueltas.

Los escasos moriscos granadinos de élite que aún quedaban intentan a la desesperada hacia el año 1588 conciliar el cristianismo con la religión mahometana, procediendo para ello a la falsificación de hallazgos arqueológicos encontrados en las catacumbas de "El Sacromonte", con la que pretendían demostrar que San Cecilio (primer arzobispo y patrón de Granada) fue un musulmán convertido al cristianismo. A estos documentos se les conoce como "plomos del Sacromonte" o "libros plúmbeos". Fueron declarados falsos en 1680 y trasladados al Vaticano, de donde fueron devueltos muy recientemente (en el año 2000).

En el año 1596 surge una crisis económica sin precedentes en el Reino y se declara la quiebra nacional. Como consecuencia de esta grave circunstancia, los responsables públicos del Tesoro comienzan a fundir moneda con aleaciones de mala calidad; los moriscos son acusados de falsificar moneda para adulterar el mercado y se les culpa de haber provocado esta crisis.

El 30 de enero de 1608, el Duque de Lerma, de gran influencia por parentesco con la alta nobleza valenciana, convence a los consejeros reales para hacerles ver que es necesario llevar a cabo una expulsión masiva de los moriscos de todo el Reino.

El día 9 de abril del año 1609, el Consejo Real toma la decisión de expulsar masivamente a todos los moriscos del Reino de España, aunque dicha decisión no sale a la luz pública de momento, con el objeto de preparar una flota para trasladar en navíos a los moriscos con destino a las costas de África. El 22 de septiembre de aquel año, se hace público el pregón del bando de expulsión por el Marqués de Caracena y Virrey de Valencia para comenzar expulsando del Reino a los moriscos de Valencia y días más tarde, el 3 de octubre, el propio Marqués visita personalmente el puerto de Grao para inspeccionar los preparativos de la salida de los moriscos valencianos de Alcácer y Picasent. El día 20 de octubre se produce una rebelión de los moriscos en protesta por el trato que éstos reciben a su llegada a tierras africanas. Los rebeldes son masacrados en las sierras del Alaguar y Muela de Cortés.

El 18 de enero de 1610 se hace público un pregón en Sevilla por el Marqués de San Germán en el que se proclama la expulsión de los moriscos andaluces y murcianos. Seis días más tarde comienza la expulsión en Castilla y el 17 de abril del mismo año se inicia la expulsión en Cataluña. Posteriormente, el 29 de mayo, también se inicia la expulsión en Aragón y el 10 de julio comienza la de Extremadura y La Mancha.

La gran mayoría de los moriscos se resignaron a su suerte, no sin causar compasión en algunos de sus vecinos cristianos viejos, que decían: "Todos lloraban y no hubiera corazón que no enterneciera ver arrancar tantas casas y desterrar tantos cuitados".



Fuentes consultadas: web materialesdehistoria.org (coordinación del historiador José Mª Perceval Verde); revista "Historia" de National Geographic (núm. 67); web club.telepolis.com (artículo del investigador Andrés Ortolá Tomás) y Wikipedia.

domingo, 1 de marzo de 2009

TOMÁS LUIS DE VICTORIA O EL IMPERIO DE LA ESPIRITUALIDAD EN LA MÚSICA.

Ave Popule meus! Hacía algún tiempo que no me dirigía a vosotros, quizás por el desgaste que la "crisis", en todas sus manifestaciones, está haciendo en todo el Imperio, pero heme aquí que embargado por tantas reflexiones que llevo hechas desde entonces y "picado" por la excelente publicación que sobre la figura de Beethoven ha hecho mi patricia y noble amiga Marta en su magnífico blog "Cosas de Marta", me ha inspirado la publicación que a continuación paso a narrar y que trata de la vida y obra del insigne compositor polifonista del siglo XVI, Tomás Luis de Victoria (Thomae Ludouici de Victoria), quizás, según los entendidos, una de las más grandes figuras de la música de Hispania de todos los tiempos y por ende uno de los mejores de todo el Imperio en la época en la que le tocó vivir. (Si queréis, mientras leéis esta publicación, podéis escuchar una selección de algunas de sus más importantes obras, entrando en los gadgets de las barras de vídeo de "You Tube" que tenéis en el márgen derecho de este blog).

Tomás Luis de Victoria nació en Avila hacia el año 1548 (no se tiene certeza de la fecha exacta). Fue el séptimo hijo de los once que tuvieron sus padres, Francisco Luis de Victoria y Francisca Suárez de la Concha. Poco o nada se sabe sobre sus primeros años de infancia, aunque los historiadores y musicólogos suponen que se formaría según la costumbre de la época como niño cantor en la Catedral de Ávila, donde supuestamente ingresaría poco después de la muerte de su padre, cuando tan sólo contaba con 9 años de edad y se cree que estuvo realizando esta formación hasta los 18 años. Durante este período estudió bajo la dirección de los maestros Jerónimo de Espinar, Bernardino de Ribera, Hernando de Isasi y Juan Navarro, formándose en materias como teoría del canto llano (desde el s. XIII se viene denominando así a esta manifestación musical como sinónimo del canto gregoriano, en oposición a canto figurado o medido, si bien en sentido amplio, tal vocablo sería aplicable a los cantos de las liturgias tanto occidentales como orientales a una sola voz y con ritmo libre), contrapunto (vocablo que a partir del s. XVI equivale al de polifonía, que es una pieza musical escrita a varias voces en estilo imitativo, donde cada una tiene igual relieve e importancia melódica), composición y también en la práctica del órgano. Se cree que pudo haber conocido en aquellos años al gran compositor e intérprete de órgano Antonio de Cabezón (músico de la corte de Felipe II, que fue nombrado como organista y clavecinista para tal cometido por su padre, el Emperador Carlos V).

Finalizada su etapa de formación como coralista de la Catedral de Ávila, Victoria se traslada en 1567 al Collegium Germanicum de los jesuítas de Roma, donde comenzará su formación como sacerdote y músico. Allí es muy probable que estudiara con el gran maestro italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina (considerado como uno de los más grandes polifonistas de todos los tiempos), que fue instructor de canto y maestro de capilla del Seminario Romano, próximo al Colegio donde Victoria estudiaba. En 1569 abandona el Collegium Germanicum para ingresar como cantor y sonador de órgano (así llamaban en aquel entonces a los organistas) en la iglesia española de Santa María di Monserrato de Roma, cobrando como sueldo 1 escudo al mes. Posteriormente, en 1571 regresa al Collegium contratado como profesor para impartir clases de canto llano (aún no contaban con coro polifónico en la época) percibiendo en esta ocasión 1,50 escudos como honorarios mensuales más alojamiento y dietas. A finales de ese año es nombrado maestro de capilla del Seminario Romano, sustituyendo en el cargo a Palestrina (quien se cree que lo propuso para este cometido). Esta nueva labor la compaginó con sus obligaciones en el Germanicum.

En 1572 Tomás Luis de Victoria publica en Venecia su primer libro de motetes: "Motecta que partim 4,5,6,8, vocibus concinuntur", dedicado al cardenal-arzobispo de Ausburgo Otto von Truchsess von Waldburg, gran benefactor del Collegium Germanicum y del propio Victoria. En esta publicación está incluído su famoso motete "Ave María". Al año siguiente comenzó a ejercer como cantor profesional en otra iglesia española de Roma: San Giacomo degli Spagnoli. También consta que cantó en otras iglesias de la "ciudad eterna", como la de la Santísima Trinità dei Pellegrini.

En 1575 Victoria es promovido a maestro de capilla del Collegium Germanicum, con lo que contrae nuevas responsabilidades que le obligan a abandonar su cargo en la iglesia de Santa María di Monserrato. Su principal cometido con este nuevo nombramiento fue la formación musical de los niños cantores (como él mismo fue en su día), a los que enseñaba canto llano y contrapunto, además de fundamentos de composición a los alumnos más destacados, así como la dirección musical de todas las iglesias que dependían del Colegio. Ese mismo año es ordenado sacerdote en la iglesia de Santo Tomás de Canterbury (también llamada de los Ingleses) de Roma y es consagrado por el obispo Tomás Goldwel.



Ya en 1576 publicó, también en Venecia, su segunda antología: "Liber Primus. Qui Missas, Psalmos, Magnificat ad Virginem Dei Matrem Salutationes. Alia Que Complectitur", que consta de casi 30 obras, entre las cuales se encuentran cinco misas a 4,5 y 6 voces mixtas. Está dedicada al Duque Ernesto, Príncipe de Baviera e hijo de Maximiliano II de Austria, que moriría ese mismo año.



En 1578, Victoria pasa a ser Capellán de San Girolamo della Carità de Roma, dejando para siempre el Collegium Germanicum (aunque esporádicamente lo visitó con posterioridad en ocasiones especiales). En su nuevo puesto como Capellán, convive durante siete años con San Felipe Neri (Patrón de los Educadores, llamado popularmente "El Apóstol de Roma"), hombre piadoso, devoto y místico al que ya por aquel entonces se le reconocía su perfil de santidad, comenzando aquí para Tomás Luis una etapa de intensa espiritualidad religiosa que ya le acompañaría hasta el final de sus días. También tendrá como compañeros a otros dos destacados músicos: el español Francisco Soto de Langa y el italiano Giovanni Animuccia, que respectivamente fueron deán y maestro de la Capilla Papal. Al año siguiente, el Papa Gregorio XIII concede a Victoria una dotación de 200 ducados anuales, lo que le permite dedicarse libremente a la composición sin sufrir agobios económicos. A partir de aquí, verán la luz una gran variedad de colecciones de motetes, misas, responsorios, lamentaciones, himnos, salmos, etc. (1581: Publica en Roma la antología "Hymni totius anni", dedicada al Papa Gregorio XIII; en 1583 publicó otra y en 1585 se publicaron dos antologías más, siendo la más importante por su contenido y grandeza el "Officium hebdomadae Santae" (Oficio de Semana Santa). Se dice que sus obras eran conocidas "hasta en las Indias", aunque donde más difusión tuvieron fue en Italia, España y Alemania).


Hacia el año 1587 Tomás Luis de Victoria regresa a España, aunque volvería a Roma en 1592 para realizar otra publicación de sus obras ("Missae, liber secundus"). En 1595 regresaría a España para quedarse ya definitivamente. Durante esta última etapa de su vida ocupa el cargo de Capellán y Maestro de Coro del Real Convento de las Clarisas Descalzas en Madrid, donde se encontraba residiendo por voluntad propia la Emperatriz María (viuda del Emperador Maximiliano II de Habsburgo y hermana de Felipe II), junto a su hija, la Infanta Margarita.


Durante estos últimos años el compositor tuvo varias ofertas de importantes catedrales españolas para ofrecerle el cargo de Maestro de Capilla, como la de Sevilla o la Seo de Zaragoza, pero seguramente ya cansado y envejecido renunció a todas ellas y prefirió quedarse en Madrid para continuar con su labor de composición , edición y divulgación de sus obras.



En 1603 Tomás Luis de Victoria compone su "Officium Defunctorum" a cuatro y seis voces mixtas, escrito para el funeral de la Emperatriz María y dedicado a la Infanta Margarita (Sor Margarita de la Cruz, ya que terminó tomando los hábitos) y que fue publicado por vez primera en Madrid en 1605. Se trata de una obra sublime en la que se percibe toda su evolución estilística y expresiva. El Kyrie de la misa que integra el "Officium Defunctorum" es sobrecogedor, al poner de manifiesto la expresividad de la que hace gala con la gran carga de puro misticismo que respira la partitura.


Desde el año 1604 el compositor permanece exclusivamente como organista en la iglesia de las Descalzas, percibiendo un sueldo de 40.000 maravedises anuales, que en 1606 sería aumentado a 75.000 (unos 200 ducados). Muere casi en el olvido el 27 de agosto de 1611, seguramente en alguna casa de la calle Arenal de Madrid en la que había vivido, cerca del Convento de las Descalzas de Santa Clara, donde fue enterrado, aunque hoy día se desconoce donde descansan sus restos.

Su producción artística no llegó a las 180 obras y aunque es exigüa comparada a la de sus coetáneos, Orlando di Lasso o Giovanni Pierluigi da Palestrina, se puede afirmar que su obra constituye la cumbre de la polifonía religiosa española. La espiritualidad de Victoria le impidió componer otra música que no fuese la de carácter religioso, nunca compuso ninguna obra profana, pese a que el Renacimiento fue época prolífica en compositores que compaginaron lo sagrado con lo profano, dando este período grandes madrigalistas (se puede decir que el "madrigal" es en lo profano a lo que el "motete" es en lo religioso) como Luca Marenzio, Carlo Gesualdo, Adriano Banchieri, el propio Palestrina, Clément Jannequin, Thomas Morley, Juan Vásquez o Claudio Monteverdi.

Acerca de su estilo y personalidad artística dice el musicólogo H. Anglés que "la técnica musical de Victoria, con ser tan grande, acaso no llegue en calidad, finura artística y concepción robusta a la de Palestrina; pero en cuanto a expresivismo dramático y misticismo religioso, aventaja a todos los polifonistas sacros de su tiempo, incluso a Palestrina".

Aunque es cierto que bebió de las fuentes de la Escuela Romana, la música de Victoria respira sabor hispano en cuanto a modalismo, intervalos, cadencias, austeridad, misticismo y profundidad.

lunes, 3 de noviembre de 2008

DE COMO ENTRÓ EL IMPERIO EN CRISIS: Y II

CAPÍTULO 2

Recordemos que en el anterior capítulo hablábamos de los "conduits", que eran los "trusts" o fondos que creaba el banco de la capital del Imperio para "lavarse la cara". Pues bien querido "popule meus", como creeis que se financian estas entidades llamadas "trusts"? En otras palabras, de donde se saca el dinero para comprar al importantísimo banco de Roma los paquetes de hipotecas?, pues de varios sitios:

Por ejemplo mediante créditos de otros bancos del Imperio (con lo cual la bola cada vez se hace más grande) o bien contratando los servicios de bancos de inversión, sociedades de capital-riesgo, aseguradoras, etc. (en este caso el peligro se nos va acercando inexorablemente, porque igual, animado por el director de la oficina del banco de La Galia, que es estupendísimo -me refiero al banco- el cliente se anima y lo mismo mete su dinero en un fondo de inversión), o a través de otras operaciones de ingeniería financiera bastante sofisticada que no os voy a describir aquí para no aburriros, ni liaros más de lo necesario.

El hecho es que, y sin olvidar que toda esta historia de negocios está basada en que los clientes de "subprime" (recordemos, los "pagadores" de hipotecas basura) harán frente y de manera puntual a las amortizaciones mensuales de sus préstamos y teniendo asímismo en cuenta que el mercado inmobiliario de todo el Imperio continuará revalorizándose, PERO:

Resulta que a principios del pasado año los precios de las viviendas se desplomaron; que muchos de los clientes "subprime" se dieron cuenta de que estaban pagando por su casa más de lo que ahora valía y decidieron dejar de pagar sus préstamos (o simplemente no pudieron hacer frente a los mismos); que automáticamente y dadas estas circunstancias, nadie más quiso invertir en esos productos de ingeniería financiera sofisiticada a los que antes se ha hecho referencia y que quienes ya los tenían adquiridos no pudieron venderlos.

Por lo tanto, un buen día el director del importante banco de La Galia se pone en contacto con su cliente ahorrador para comunicarle que su dinero se ha esfumado, o que en el mejor de los casos su inversión había caído un 75% de su valor (vete ahora a explicarle a este cliente lo de los pagadores de "subprime", lo del importantísimo banco de la capital del Imperio o lo del Coliseum Trust Corporation. No se le puede explicar por varias razones: la más importante, porque nadie sabe donde está su dinero; y cuando afirmo nadie, quiero decir NADIE).

Pero podemos ir más allá, porque tampoco nadie sabe la porquería que tienen los bancos del Imperio en los paquetes de hipotecas que compraron, y como hemos dicho que nadie lo sabe, pues empieza a crearse un importante clima de desconfianza entre las entidades financieras. Como no se fían, acuden al mercado interbancario, que es donde los bancos se prestan dinero unos a otros, y lo poco que se van prestando, lo hacen a tipos de interés caros. Este tipo de interés en esta parte del Imperio lo denominamos "Euríbor" (en el actual idioma del Imperio: "Europe Interbank Offered Rate", o sea, en romano de toda la vida: "Tasa de Interés ofrecida en el mercado Interbancario en Europa"), tasa que no ha parado de subir en los últimos tiempos, aunque en la actualidad está comenzando a bajar.

Por tanto, en estos momentos los bancos del Imperio (en general) están tiesos como la mojama, o sea, no tienen dinero, no tienen liquidez y por ello las consecuencias son: no están concediendo a sus clientes préstamos personales, ni préstamos hipotecarios; el euríbor a 12 meses (que es el índice de referencia manejado para las hipotecas) no ha cesado de subir, lo que hace que el ciudadano romano medio que está pagando su hipoteca, empiece a sudar tinta para poder pagar las cuotas mensuales (aunque ya hemos dicho que empieza a vislumbrarse un pequeño respiro actualmente, porque después de tanto tiempo de subidas imparables está derivando nuevamente a la baja).

Como los bancos no tienen dinero, lo buscan vendiendo sus participaciones en empresas industriales, o vendiendo los edificios de sus sedes para después alquilarlas (como ha hecho el Banco de Santander en Hispania) o hacen campañas agresivas para que los ciudadanos metan su dinero, como las que están haciendo sobre todo las Cajas de Ahorro (que si el "barrilete cósmico", que si el "superdepósito 15", que si "leches en vinagre"), ofertando unas condiciones de órdago.

Como la gente empieza a sentirse apretada por el pago de la hipoteca, va menos a "El Corte Inglés"; como este importante comercio del Imperio lo nota, compra menos a los fabricantes de los productos que vende; estos fabricantes (que tampoco tenían conocimiento de la existencia de los clientes "subprime") piensan que, como venden menos productos porque los pedidos han decrecido, les empieza a sobrar personal y comienzan a deshacerse de unos cuantos empleados; y debido a esta circunstancia, el índice de paro se va reflejando en las ciudades del Imperio, donde el pueblo empieza a consumir menos porque cada vez tiene menos.

Y después de narrar todo lo que antecede tal cual ha acontecido, debemos preguntarnos: Hasta cuando durará todo esto, que hemos venido a llamar CRISIS?

Pues también es muy buena pregunta y muy difícil de contestar, por varias razones: La primera porque se sigue sin conocer con exactitud la dimensión del problema (se barajan cifras astronómicas de cientos de miles de millones de denarios, talentos, sextercios y otras divisas del Imperio); la segunda porque no se sabe con certeza quienes son los afectados. No se sabe si es el banco serio de toda la vida en el que siempre hemos depositado nuestra confianza, o es el importantísimo banco de la capital del Imperio. (Creo que ni ellos mismos saben el nivel de contamintación -productos basura o porquerías, o como queramos llamarlos- que tienen en su Activo). Y se podrían apuntar unas cuantas razones más, pero creo que no es necesario enumerarlas, me parece.

Alquien ha calificado este asunto como la "gran estafa". Otros han dicho que el crak del 29, comparado con esto, es el cuento de caperucita roja. Bastantes, quizás muchos, se han enriquecido (o han transformado sus cuentas corrientes en "nada corrientes") con el cobro de sus magníficos "bonus" supermillonarios: ahora éstos se quedarán sin empleo, pero tendrán el "bonus" guardado en algún lugar (quizás en una caja fuerte, que es posible que sea donde esté más seguro y protegido de otras innovaciones de ingeniería financiera sofisiticada como las referidas antes).

Las autoridades financieras y los gobiernos de las distintas Provincias del Imperio tienen una gran responsabilidad sobre lo que ha ocurrido. También tienen una gran responsabilidad los Consejos de Administración de las entidades financieras involucradas en este gran fiasco, porque no se han enterado de nada, y ahí debemos de incluir igualmente al Consejo de Administración del importante banco de La Galia.

Por el momento fin de la historia de "COMO ENTRÓ EL IMPERIO EN CRISIS":

Para intentar atajar esta sangría financiera mundial, los principales Bancos Centrales del Imperio han ido inyectando liquidez monetaria al sistema financiero para que los bancos puedan manejar dinero y reactivar de esta manera la economía. Asímismo, los gobiernos de las principales Provincias del Imperio han hecho lo propio y han adoptado medidas extraordinarias para inyectar más liquidez aún al sistema financiero con el aporte de ingentes cantidades en metálico (que nos pondrían los pelos de punta con tan solo imaginarnos todo ese dinero junto!), por supuesto con cargo a las arcas del Estado, es decir, con el dinero de todos los contribuyentes (honrados ciudadanos romanos): Hasta donde vamos a llegar!

Espero haber aclarado algunos conceptos para su mejor comprensión y haber contribuído a desenmascarar esta grave situación, que ha estado a punto de costarle un irreparable daño al Imperio. Desde luego, y mientras yo siga siendo vuestro Imperatore, os prometo firmemente que haré todo lo que esté en mi mano (que como sabéis puedo hacerlo) para evitar que estas circunstancias vuelvan a repetirse y por supuesto también os prometo que los responsables serán duramente castigados (si es que algún día se sabe quienes son) con durísimas penas como el destierro como mínimo, o los leones del Coliseum di Roma y/o crucifixión.

domingo, 26 de octubre de 2008

DE COMO ENTRÓ EL IMPERIO EN CRISIS

CAPITULO I

En mi anterior publicación hice un esbozo sobre la "crisis del Imperio", pero no profundicé en las causas ni en las repercusiones; me centré principalmente en otras "crisis" que tenían más que ver con la "ida de olla" del pueblo (consecuencia sin duda alguna de la quiebra producida en las economías domésticas, y claro, cuando nos tocan el bolsillo y no hay nada para echarse a la boca, al final termina afectando al coco) , pero sin embargo dejé de lado la génesis del problema que generó la imperial crisis que nos ocupa, que muchos pensarán que pudiera haberse provocado por los ingentes gastos habidos en las últimas campañas llevadas a cabo en las conquistas del Imperio, como la de Germania o la realizada con gran despliegue de medios bélicos entre el Tigris y el Eufrates, por ejemplo; pero nada más lejos de la realidad y voy a tratar de explicarlo a continuación, tal cual lo expuse recientemente en el Senado con la ayuda de mis consejeros y expertos en la tesorería del Imperio, con el fin de que todos los ciudadanos puedan entenderlo:

Resulta que durante años, los tipos de interés vigentes en los mercados financieros de las distintas Provincias del Imperio han estado muy bajos y dado este escenario, las entidades bancarias que operan en todo el territorio han visto reducido su negocio al ver que sus márgenes se estrechaban. Como consecuencia de ello daban préstamos a tipos de interés bajos y pagaban "algo" por los depósitos de sus clientes (cero si el depósito estaba en cuenta corriente y si además cobraban comisiones de mantenimiento, pagaban "menos algo"); pero con todo, el margen de intermediación (tipo de interés cobrado por los préstamos menos tipo de interés pagado por los depósitos) cada vez era más pequeño.

De pronto, a alguien, en la capital del Imperio, se le ocurrió que los bancos tenían que hacer dos cosas: la primera, dar préstamos más arriesgados (por los que podrían cobrar más intereses) y la segunda, compensar el bajo márgen aumentando el número de operaciones (1.000 x poco es más que 100 x poco).

En cuanto a la primera cosa (dar préstamos arriesgados), ese alguien decidió que había que ofrecer hipotecas a un perfil de clientes con bajos ingresos (trabajadores temporales - sin bienes o propiedadades inscritas a su nombre-, o incluso desempleados con la sola garantía del cobro del subsidio, etc.) y cobrarles más intereses, porque lógicamente había más riesgo. Seguidamente y aprovechando el boom inmobiliario que en esas fechas se extendía por todo el Imperio, presa del entusiasmo generado, se decide conceder créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa que compraba este tipo de cliente, porque en el referido boom inmobiliario, esa misma casa en pocos meses valdría más que la cantidad concedida en el préstamo (a este tipo de hipotecas se le llamaron "subprime" o basura, es decir, aquellas que tienen un elevado riesgo de impago, siendo las hipotecas "prime" las que por el contrario tienen poco riesgo).

Además, como la economía del Imperio iba muy bien, el deudor hoy insolvente podría encontrar trabajo y pagar la deuda sin problemas. Este planteamiento funcionó bien durante algunos años, ya que durante ese tiempo el tipo de clientes del que hablamos venía pagando los plazos de su hipoteca y además como les habían dado más dinero del que valía su casa, se habían comprado un coche nuevo, también se habían ido de vacaciones con toda la familia y se habían permitido una serie de caprichos que ni siquiera ellos mismos se habrían planteado antes bajo ningún concepto.

En cuanto a la segunda cosa que comentábamos en el tercer párrafo (aumento del número de operaciones), como los bancos iban concediendo muchos créditos hipotecarios, se les iba acabando el dinero y empezaban a tener los primeros problemas de liquidez; pero esto tenía una solución muy fácil: por ejemplo, si un ciudadano de La Galia deposita su dinero por la mañana en el Banco Central de la Provincia, puede estar esa misma tarde en Roma (capital del Imperio como todo el mundo sabe), porque allí existe otra entidad bancaria al que su banco le ha prestado su dinero, para que a su vez esa misma entidad se lo preste a un cliente destinatario de hipoteca "subprime". Por supuesto, el de Roma no sabe que el dinero le ha llegado desde La Galia, y el ciudadano de esta Provincia, que por la mañana depositó su dinero en una entidad seria y de confianza como es su banco, tampoco sabe que su dinero comienza a correr un cierto riesgo; pero es que el director de la oficina bancaria de La Galia, que presume de trabajar para una importante entidad de gran prestigio, tampoco tiene ni la más remota idea de toda esta movida, como tampoco tiene conocimiento ni tan siquiera el presidente de dicha entidad, que sólo sabe que una parte de sus activos están invertidos en un importantísimo banco de la capital del Imperio. La globalización tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes y sus peligros. Los ciudadanos de La Galia no saben que están corriendo un riesgo en Roma y cuando empiezan a ver en las noticias de la prensa que en la capital del Imperio se están concediendo hipotecas basura ("subprime"), comentan: "¡Que locuras hacen estos romanos!".

Además, resulta que existen unas normas dictadas por el Senado, que exigen a los bancos de todo el Imperio que tengan un capital mínimo en relación con sus activos, es decir que el capital no sea inferior a un determinado porcentaje de esos activos. Entonces, si el banco que comienza a tener falta de liquidez está pidiendo dinero prestado a otros bancos para dar muchos créditos, el porcentaje del capital sobre los activos baja y como consecuencia no cumple con las normas establecidas.

Así que dadas las circunstancias y tal y como está el panorama, hay que inventar algo nuevo. Y eso nuevo se llama "Titulización": el banco de la capital del Imperio (Roma) "empaqueta las hipotecas "prime" y "subprime" en paquetes que se llaman "MBS" (en el idioma actual del Imperio "Mortgage Backed Securities", o sea, en romano para que nos entendamos, "Obligaciones Garantizadas por Hipotecas"). Es decir, donde antes tenía 1.000 hipotecas "sueltas" dentro de la cuenta de "créditos concedidos", ahora tiene 10 paquetes de 100 hipotecas cada uno, en los que hay de todo, bueno ("prime") y malo ("subprime"), como en la viña del Señor.

Después, el banco de la capital del Imperio va y vende rápidamente esos 10 paquetes para sanear su balance y ¿quien los compra? Pues resulta que el banco de la capital del Imperio crea unas entidades filiales (llamadas "conduits", que no son sociedades sino "trust" o fondos); así que de repente aparecen dos tipos de entidades: el superbanco de Roma (con la cara limpia) y El Coliseum Trust Corporation, que ya ha colocado en sus activos los 10 paquetes de hipotecas que le ha vendido su casa matriz. Si cualquier persona que trabaja en el banco de la Provincia de La Galia, desde el presidente al director de la oficina supiera algo de esto, con toda seguridad se buscaría rápidamente otro empleo y mientras tanto, los supuestos expertos hablan en la prensa financiera de las inversiones internacionales sin tener la más remota idea de lo que están diciendo (vamos que no se lo creen ni ellos).

Fin del CAPITULO I (continuará).

lunes, 20 de octubre de 2008

LA "CRISIS" DEL IMPERIO

Vivimos en un mundo globalizado como ya sabemos y haber llegado a ese extremo, no os quepa la menor duda querido pueblo mío (o "popule meus" como se decía en mis ancestrales tiempos), ha sido gracias a la intervención del Imperio, sin cuyo protector Gobierno no se habría dado esta circunstancia de entendimiento entre los pueblos. Pero cuando llega la "crisis", se extiende como la peste de oriente a occidente, afectando a todos los pueblos por igual. Estoy intentando promulgar una ley en el Senado que proteja al pueblo y a sus gobernantes de tan cruel y dura lacra y espero y confío en que muy pronto salga a la luz y comience a dar sus frutos, porque lo que no debemos permitir es que ocurran cosas en las Provincias como las que voy a describir a continuación, que ponen de manifiesto el avanzado estado de "crisis" en la que se encuentra el Imperio:
El otro día regresaba de la última campaña que hemos librado en La Bretaña y el Gobernador de la Provincia me estuvo comentando que ya no entiende a la plebe, que le pasa cada cosa! Por ejemplo, me dijo que el otro día pasaba por el Foro de la City y escuchó una conversación plebeya en la calle que me reprodujo tal que así: "Pues yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la pone en casa me marcho a otra habitación y leo un buen libro".
El mismo corrillo de gente siguió murmurando preguntándole un plebeyo al otro: "¿Por qué el pan de molde es cuadrado, si el choped, el salami y la mortadela son redondos? ¿Quién tiene la culpa de esto, los tranchetes?
Pero es no es todo, porque otro de los allí reunidos le preguntó al que tenía al lado: "¿Por qué cuando nos sonamos los mocos abrimos el pañuelo y miramos lo que hemos echado? ¿Qué esperamos encontrar, berberechos quizás?
En otra ocasión, a mi regreso de La Galia, en una rutinaria visita de inspección por la Provincia, también el Gobernador de allí me trasladó su preocupación, porque al igual que en La Bretaña, el pueblo tampoco anda demasiado bien de la azotea (sin duda por la afección de la "crisis"), porque también escuchaba cada cosa, como por ejemplo: "La justicia militar es a la justicia, lo que la música militar es a la música" (que tontería, ¿no?); o cosas como: "Fuera del perro, un libro probablemente sea el mejor amigo del hombre. Y dentro del perro probablemente esté demasiado oscuro para leer" (menuda ida de olla!).
Hace poco, pasaba unos días de descanso en Hispania y yo mismo fui testigo de la gran "crisis" que afecta al pueblo de aquella Provincia, y ello me llevó a la conclusión de que es urgente y perentorio que se apruebe la Ley a que antes hice referencia. Resulta que estaba degustando la exquisita gastronomía de las costas del sur, cuando escuché sin querer una conversación entre dos leales súbditos en la que uno le preguntaba al otro: "Por qué en las películas de miedo siempre aparece una puerta cerrada de la que sale mucha luz por las rendijas? ¿Qué hacen los espíritus ahí, fotocopias? y ¿Por qué cuando tenemos miedo de noche nos metemos debajo de las sábanas? ¿Es que nos creemos que así un cuchillo no las atraviesa?; y después le volvió a preguntar: "¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas, cuando traen unas nuevas y las dejan en el portal te pones contentísimo/a, y de hecho piensas en llevártelas todas a tu casa? y ¿Por qué cuando cojemos una caja de medicamentos, por muchas vueltas que le demos siempre la abrimos por el lado que nos es y aparece el prospecto ahí doblado? y también escuché otra tontería que decía: "Por qué cuando alguien se va a poner gotitas en los ojos abre la boca de esa manera tan extraña? ¡Es colirio, no tequila!!!
Bueno, como se puede observar, el patio no está muy bien que digamos, así que esperemos que pase pronto la "crisis" y en menos de que cante un gallo podamos volver a disfrutar de una vida más centrada en el día a día, en la coherencia, en la virtud, en la amistad, en la honestidad, en el amor y sobre todo, ahora más que nunca ... En la prosperidad!!!

jueves, 2 de octubre de 2008

MIS CONOCIMIENTOS LINGÜÍSTICOS ADQUIRIDOS EN MIS VIAJES POR TODO LO LARGO Y ANCHO DE ESTE MUNDO!

Un Emperador que se precie, debe viajar por todo su Imperio con regularidad para conocer como vive su pueblo y que necesidades puede éste llegar a tener con el fin de intentar cubrirlas y así, en la medida de sus posibilidades (que lógicamente son todas), satisfacer dichas necesidades para que la prosperidad, el progreso, la justicia, el orden, la paz, etc. etc. sean una realidad tangible y posible.
Pues bien, hecha esta pequeña y necesaria introducción, seguidamente paso a detallar aquellas palabras y frases que me llamaron más la atención en las distintas provincias del Imperio que he ido visitando y que reproduzco fielmente con su fonética original:
- Suegra en griego: "Storbas".
- Tirar de la cadena an árabe: "Moja la majá".
- Llover en alemán: "Gotas kaen".
- Furcia en ruso: "Tokisskilasova".
- Eyaculación precoz en chino: "Yatá".
- Ninfómana en chino: "Como que yatá".
- Ministro de economía en chino: "Minchao".
- Ministro de alimentación en chino: "Minflao".
- Que cada perro se lame su capullo en latín": "Quisque canun lamerum capullum sum".
También he podido comprobar la sabiduría popular que he ido encontrando en todos los rincones del Imperio, sobre todo en Las Galias y en la Lusitania, donde me llamó especialmente la atención el diccionario elemental que en aquellas provincias tienen publicado y del que extracto aquí algunas palabras a modo de ejemplo:
- Anómalo: "Hemorroides".
- Becerro: "Mirar un cerro o una colina".
- Bermudas: "Observar a las que no hablan".
- Camarón: "Aparato enorme que saca fotos".
- Chinchilla: "Auchenchia de un chitio para chentarche".
- Diademas: "El 29 de febrero".
- Dilemas: "Háblale más".
- Diógenes: "La embarazó".
- Elección: "Lo que expelimenta un oliental al vel una película polno".
- Endoscopio: ""Me preparo para todos los exámenes excepto para dos".
- Manifiesta: "Juerga de cacahuetes".
- Meollo: "Me escucho".
- Ondeando: "Sinónimo de ondetoy".
- Platón: "Plato enorme".
- Polinesia: "Mujer policía tonta de nacimiento".
- Sillón: "Respuesta afirmativa de Yoko Ono a Lennon".
- Sorprendida: "Monja corrupta".
En cambio, en otras provincias, como por ejemplo en Hispania, el léxico que utilizan en su diccionario es un tanto machista, y si no, para muestra un botón:
- Adúltero: "Infiel". - Adúltera: "Puta".
- Ambicioso: "Visionario, enérgico, con metas". - Ambiciosa: "Puta".
- Bicho: "Insecto, animal". - Bicha: "Puta".
- Callejero: "De la calle, urbano". - Callejera: "Puta".
- Cualquier: "Fulano, mengano, zutano". - Cualquiera: "Puta".
- Golfo: "Masa de agua marina parcialmente rodeada de tierra". - Golfa: "Puta".
- Ligero: "Hombre débil y/o sencillo". - Ligera: "Puta".
- Perro: "Mejor amigo del hombre". - Perra: "Puta".
- Putin: "Honorable Jefe del Gobierno Ruso". - Putina: "Putilla".
- Puto: "Adjetivo similar a maldito". - Puta: "Puta, reputa, más que puta".
- Regalado: "Adjetivo; participio del verbo regalar". - Regalada: "Puta".
- Zorro: "Espadachín justiciero". - Zorra: "Puta, putona".
Como se podrá observar, viajando por el Imperio se adquieren grandes y curiosos conocimientos.
Hasta otra, vuestro Imperatore!